domingo, 3 de agosto de 2008

Las penas del joven Werther - Johann Wolfgang Goethe


Vasta es la cantidad de aportes que realizó en disciplinas científicas y artísticas. Nacido el 28 de agosto de 1749 en Frankfurt am Main, Johann Wolfgang Goethe encarna y espiritualiza el ideal de un genio. No le compete a este artículo pensar acerca de las características de un genio sino sumergirse en una de sus obras cumbres: Los sufrimientos del joven Werther.

Sabemos lo inevitable que es no generar paralelismos entre la obra de un autor y su propia vida pero esta vez es necesario plasmar el concepto que Goethe tenía acerca del arte ya que esto estrechará más fuertemente el vínculo entre ellas dos. El escritor afirmaba que, desde su opinión, la verdadera poesía y el verdadero arte debía ser, y por ende lo era en él, “la expresión espontánea de sentimientos, del mundo íntimo, personal, de la relación del individuo con la naturaleza, con la historia y con la sociedad (a diferencia del producto objetivo de la razón que es uniforme y común a la humanidad toda)” [1]. Es válido decir que todos sus escritos son una confesión de experiencias vividas por él mismo y de allí partiremos hacia lo que le compete a este artículo que es un leve análisis una de sus máximas obras junto con “Ursfaust”, también considerada una obra clásica dentro de la literatura y una lectura casi obligatoria para los amantes de las letras.

En 1772, Goethe comienza a trabajar en la Cámara Imperial del Sacro Imperio Romano Germánico en la ciudad de Wetzlar. Exactamente en la noche del 9 de Julio de ese mismo año conoce a Charlotte Buff y a su prometido Johann Christian Kestner. El escritor se enamora de la mujer e intenta conquistarla previamente forjando una gran amistad que no haría más que ocasionarle un gran dolor frente a la imposibilidad de llegar a una relación con ella. Curiosamente la mujer que le produce al protagonista de la novela, es decir a Werther, tiene como nombre o alias “Lotte”, proveniente de “Charlotte”. El autor pone en evidencia el contenido semiautobiográfico de la novela.

Concretamente la obra es una novela epistolar. Está constituída por numerosas cartas fechadas y firmadas por Werther y dirigidas a un amigo suyo; éste las recopiló y las organizó. En ellas relata sus días, que van desde el comienzo inundados de paz y tranquilidad y luego, al conocer a la mujer comprometida Lotte (también llamada Carlota en algunas traducciones) gracias a su apaciguado carácter y mediante su relación con unos niños, se convertirían en tiempos tormentosos y atiborrados del sufrimiento que le ocasionaba el haberse enamorado de ella. Es muy atractiva para los amantes de la época romántica y para lectores sensibles que gustan de historias trágicas y contadas con una notable elocuencia. Los textos desbordan tristeza y arrastran hacia un inminente final en las últimas páginas.

Otro punto importante que hace grande a esta obra es su característica romántica tan precursora para los tiempos que en ese entonces corrían. Se convirtió en una suerte de profecía del posterior Romanticismo, además de ser considerada la primera novela psicológica de la historia. Es totalmente trascendental para aquellos años, pues la forma tan llena de libertad con la que el protagonista expresa su sufrimiento, su rebeldía y su pasión que desencaja dentro de las reglas morales que regían.
Los sufrimientos del joven Werther (también traducido al castellano como “Las cuitas (…)” o “Las penas (…)”) fue el primer best seller de la historia del libro. Además produjo escándalos tanto por la libertad y la característica revolucionaria que emanaba el personaje como por la pasión que había generado en los jóvenes que los leían a escondidas y que hasta se vestían con un frac azul, chaleco y calzas amarillas como el protagonista. Trágica fue también las respuestas de algunos lectores que, imitando a Werher, se suicidaron. La novela extendió el ámbito físico donde se lo leía, pues se tradujo desde el alemán a todos los idiomas hablados en Europa, menos en España donde se la censuró más tarde.

El libro rozará temas tan simples y universales como el amor y la desgracia, algo nada ocurrente dentro de la literatura y menos en la época del romanticismo, pero consiste en el ingenio y en la elocuencia del autor que hacen de esta novela una obra clásica y atractiva: “Tienes razón cuando dices que aquí abajo habría menos amarguras si los hombres no se dedicasen con tanto ahínco a recordar los dolores antiguos, en vez de soportar con entereza un presente tolerable”.

[1] Tummer Lía; Goethe: Fragmentos del saber superior; Ed. Longseller. Buenos Aires, 2000. Página 5.
Juan Ignacio Frescura

5 comentarios:

As de pica dijo...

Como ya te dije JAco es una novela q debería leer, ya que estoy en la etapa de novelas tristes. Además de eso es un clasico de la literatura así que lo tendre presente para proximas adquisiciones.

Anónimo dijo...

De Goethe sólo leí su "Fausto", un libro que no me resultó para nada sencillo. A ésta obra que reseñás la tengo pendiente desde hace muchísimo tiempo. Espero saldar la deuda pronto.

MXLV dijo...

Werther es una catedral edificada al amor y al sufrimiento... Goethe es el tipo de genio que me hace sentir el corazón electrificado... sin duda es para mí el más grande escritor de germania.

Muy buen blog, agregaré un link hacia el mismo en el mío.

Salud!

Jupa dijo...

jaja, sisi, recuerdo, gracias por pasar, saludos eh :)

Anónimo dijo...

Gracias a google llegue a esta pagina, para encontrar caracteristicas del autor y el libro en descripcion. Mi profesor hablo frente a la clase que investigaramos y que vieramos el final. Me impacto con la repercusion que tuvo el texto sobre la gente, hasta llegar a suicidarse.

Gracias por la buena informacion.
Saludos